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12 de julio de 2019

MI TRABAJO, MI PASION

LAS EXPERIENCIAS DE PROAN EN LA SIERRA NORTE DE PUEBLA Quizás no es el tema general de este blog, pero hoy me asaltó la necesidad de dejar plasmado, con mis limitaciones literarias, una anécdota vivida por una Promotora indígena que forma parte del equipo de Proan, que es la Organización a la cual dimos vida en 1994 mi amiga y compañera Angeles Bordas y una servidora. El equipo de campo esta formado únicamente por 4 mujeres que son extraordinarias ya en algún otro momento escribiré de ellas. Bueno, aterrizando un poco hoy por la mañana revisando los avances en la construcción de una vivienda en específico cuyo proyecto ya ha concluido me comenta. ¨Mire Emma, le tengo una mala noticia -yo me asusté de verdad- (ella continuó un poco nerviosa) fui a ver a la familia que construyó techo de colado porque tenía únicamente cartones muy viejos a través de los cuales se cuela todos los días la lluvia, ya terminó pero tuve una gran dificultad Está su casita construida en una loma y únicamente desde abajo se puede apreciar casi completa mas no el techo en si. Saque fotografías dentro pero con poca luz no salieron bien. Fui con la señora afuera a buscar un punto desde el cual se apreciara el techo y sólo vi un árbol que podía hacer de escalera. Era muy alto y yo con la necesidad de sacar la fotografía empecé a subirme de rama a rama llegando hasta casi la mitad pero ya me dio miedo y la verdad dije: bueno pues ni modo yo me bajo y no importa lo que pase, vale mas mi vida y si a Usted Emma le parece que hice mal pues lo lamento pero no pude." Aquí yo me la imaginé con su enagua, sus zapatos de plástico y su blusa holgada con bordados de colores subida en un enorme árbol, porque ciertamente la cima donde se encuentra la casita está muy alta y casi que la vi en fotografía con ese rubor que caracteriza su cara bajo el sol que cae a plomo a medio día y sus piernas descubiertas lista la piel para horadarse y, con esas cosas que ellas tienen de ternura, sencillez, humildad no sentí mas que asombro, alegría, admiración. Pensé en todas esas experiencias que ahora tienen, sus atrevimientos, sus decisiones tomadas libre y responsablemente y desde luego las mil aventuras y a la vez dificultades, problemas y conflictos. Ellas ahora son un símbolo de mujeres trabajadoras, libres, responsables e inteligentes cuando hace 20 años que las conocimos no sabían casi escribir, nunca salían de casa ni a visitar otra comunidad aquellas de las cuales un hombre nos expresó que "aquí las mujeres no hablan".... hoy las veo con su celular, manejan la computadora,hacen reportes, se vinculan a otras organizaciones, hablan de todos los temas, toman decisiones,no dependen del permiso de sus maridos para hacer este trabajo que tanto aman y asi, muchas cosas mas y bueno, ser testigo de esto es un privilegio que he tenido en mi vida y que mucho me enseña cada dia. Yo en lo particular muy dentro de mi siento una enorme admiración a su coraje y fortaleza, a su valentía y seguridad, a su lucha por salir adelante y ser cada día un mejor ejemplo para sus hijos. Aquí en nuestro País se les tilda a estos grupos indígenas de flojos, ignorantes y adevenedizos (ahora hasta se les menciona como mascotas a las que hay que alimentar).... y yo me indigno profundamente porque no es así, ellas y muchas familias y mujeres, sobretodo porque con ellas trabajamos, valen mas que muchas personas de otra preparación o cultura que alardean o viven en la ausencia de esos valores y capacidades ejemplares. Hago un humilde reconocimiento a todas y me digo, México y los mexicanos somos mucho más grandes y valiosos de lo que nosotros mismos creemos.